En el camino que tienes en tu vida y tu destino, te encuentras con piedras
chicas y piedras grandes.
Las Piedras Chicas.-
Si algún día te pones a pensar, verás que no vale la pena correr tanto para;
ganar dinero, que el tiempo pasa y los años toman cuenta de tu cuerpo, que
aunque estés rodeado de mucha gente, te sientes sólo. Un día vas a recogerte en
tu cuarto y vas abrazarte a la almohada, porque no te quedó nadie para abrazar.
Vas a ver que tener el automóvil se te vuelve un problema, que el teléfono es un
aparato más, que la bufanda es incómoda, el tapado de piel demasiado pesado. Que
no tienes mas ilusiones, y la esperanza está dormida, que pasaste por la vida
sin vivirla, frecuentaste el mundo sin saber porqué, rodando y rodando, y no
saliste del mismo lugar, aunque pensaste qué fue, pero no viste que estabas
encadenado a piedras chicas, y verás que por más que intentes librarte de todo,
eres un esclavo envidiado por muchos. Que no valieron la pena los años de
adquirir piedras chicas sin días de descanso.
Poseíste todo, pero no disfrutaste nada, entenderás que el tiempo se escurre tan
rápido como la arena fina entre los dedos, que solo resta pararte bien alto
sobre una montaña y gritar bien fuerte: ¡BASTA! Porque todo eso son piedras muy
pequeñas, iguales a un grano de arena.
Decirles Adiós a las Piedras Chicas.-
Cada uno encuentra en la vida exactamente aquello que trae dentro de si mismo.
El ambiente, el presente y el futuro somos nosotros que lo creamos y eso sólo
depende de nosotros mismos.
No hay un gesto mas profundamente humano que una despedida. ¡¡¡Despídete de las
Piedras Chicas, mira a cuántas de ellas estás encadenado!!!
En ese momento en que renuncies, verás que no hay sentimiento más absoluto que
la libertad en que somos lanzados después del verdadero abrazo, el desesperado
entrelazarse las manos con la libertad.
Quizá sufras la ansiedad de no poder retener las piedras chicas, porque tus
cuerdas afectivas son muy frágiles y por eso las mantienes para sentirte cómodo.
Una manera inteligente de suspender “la tragedia”, dictada por el instinto de
sobre vivencia de la dependencia a las piedras pequeñas, es:
Deja morir cada día un poco cada una de esas pequeñas piedras para continuar
viviendo.
LAS PIEDRAS GRANDES
La mitología nos presenta un ave fabulosa que duraba muchos siglos y, quemada,
renacía de sus propias cenizas. Aparte de renacer, esta ave tenía la capacidad
de presentir el perfume del fin, e iba a su encuentro, jugándose contra el fuego
para que se cumpliese su destino. Esta ave se llamaba Fénix.
Y humanamente, ¿Como llamamos a quien renace de si? ¿Como llamamos a quien
presiente el perfume de un fin y se lanza mortalmente al encuentro de éste, con
bravura, coraje, tristeza, alegría, lamento, altivez, con todo su bagaje, al
encuentro de lo que le espera? Porque lo sabe inevitable y de lo inevitable no
se puede huir.
¿Como llamamos a quien sobrevive a si mismo para enseñar a los otros que es
posible renacer? ¿Como llamamos a quien ejerce amor como práctica de vida y
muriendo en su sino revive, porque los semejantes precisan de esa resurrección?
¿Como llamamos a quien expone sus dolores, sus miedos, sus temores, con
naturalidad y sabiduría tenaz, porque es así que tiene que ser? ¿Como llamar ese
estado que se adquiere, esa capacidad, no de sobrevivir a las intemperies, pero
sí de renacer de la muerte de los propios sueños. Sé que es posible y hay
personas así.
Hay gente que es como el Fénix, que renace de sus propios dolores y de su propio
fin. Y renace siempre mejor y más fuerte, porque, saben que las PIEDRAS GRANDES
son las cosas realmente importantes de su vida: su crecimiento personal y
espiritual. Disfruta de “esos momentos mágicos”, embebidos de ternura, en que la
voz tiembla, las manos se abandonan y cada cual ve al otro como si fuese a
través de una cortina líquida o de un vitral de colores.
Cuando dan prioridad a esas Piedras Grandes como Montañas y se mantienen
abiertos a lo nuevo, las cosas van ajustándose por si solas; sus relaciones,
familia, amigos, obligaciones, profesión, quehaceres. Sus bienes y derechos
materiales y todas las demás cosas menores que completan la vida. Cada uno carga
en su corazón el medio ambiente en que vive. Aquel que no dejó huella en los
lugares por donde pasó, no podrá encontrar su camino en el actual. Aquel que
encontró amigos allí, también los encontrará aquí. Somos todos viajantes en el
tiempo, y el futuro de cada uno está escrito en el pasado. Disfruta tu familia,
tus amigos, tu sol y tu luna, tu tierra y tu cielo, todo aquello por lo que no
tuviste que pagar para conseguirlo.
Todo eso son las PIEDRAS GRANDES DONDE DEBES PARARTE Y DECIR POR SIEMPRE: ¡AQUÍ
ESTOY YO, VIVIENDO ESTE MOMENTO!!!
Sólo los amores verdaderos no se acaban. Son los que sobreviven, incrustados en
el hábito de amarse, y duran una vida entera y eterna...
Es la hora de sonreír, de amar, de ser de tu familia, de mezclarte con los niños
y dar la mano al prójimo, antes que sea demasiado tarde.
Vacía tus alforjas y recomienza a rellenarlas con las piedras grandes.
Ludy Mellt Sekher©
PORTUGUÉS
AS PEDRAS
GRANDES E
AS PEDRAS GAROTAS
No caminho que tens em tua vida e teu destino,
encontras-te com pedras garotas e pedras grandes.
As Pedras Garotas.-
Se algum dia te pões a pensar, verás que não vale a pena correr tanto pára;
ganhar dinheiro, que o tempo passa e os anos tomam conta de teu corpo, que ainda
que estejas rodeado de muita gente, sentes-te só. Um dia vais recolher-te em teu
quarto e vais abraçar-te ao travesseiro, porque não te ficou ninguém para
abraçar. Vais ver que ter o automóvel se te volta um problema, que o telefone é
um aparelho mais, que a manta é incômoda, o tampado de pele demasiado pesado.
Que não tens mas ilusões, e a esperança está dormida, que passaste pela vida sem
vivê-la, freqüentaste o mundo sem saber porquê, rodando e rodando, e não saíste
do mesmo lugar, ainda que pensaste que foi, mas não veste que estavas encadeado
a pedras garotas, e verás que por mais do que tentes livrar-te de tudo, és um
escravo invejado por muitos. Que não valeram a pena os anos de adquirir pedras
garotas sem dias de descanso.
Possuíste tudo, mas não desfrutaste nada, entenderás que o tempo se escorre tão
rápido como a areia fina entre os dedos, que só resta parar-te bem alto sobre
uma montanha e gritar bem forte: ¡BASTA! Porque tudo isso são pedras muito
pequenas, iguais a um grão de areia.
Dizer-lhes Adeus às Pedras Garotas.-
Cada um encontra na vida exatamente aquilo que traz dentro de se mesmo. O
ambiente, o presente e o futuro somos nós que o creiamos e isso só depende de
nós mesmos.
Não há um gesto mas profundamente humano que uma despedida. ¡¡¡Despede-te das
Pedras Garotas, mira a quantas delas estás encadeado!!!
Nesse momento em que renuncies, verás que não há sentimento mais absoluto do que
a liberdade em do que somos lançados depois do verdadeiro abraço, o desesperado
entrelazar-se as mãos com a liberdade.
Quiçá sofras a ansiedade de não poder reter as pedras garotas, porque tuas
cordas afetivas são muito frágeis e por isso as manténs para sentir-te cômodo.
Uma maneira inteligente de suspender “a tragédia”, ditada pelo instinto de sobre
vivência da dependência às pedras pequenas, é:
Deixa morrer cada dia um pouco a cada uma dessas pequenas pedras para continuar
vivendo.
AS PEDRAS GRANDES
A mitologia nos apresenta um ave fabulosa que durava muitos séculos e, queimada,
renascia de suas próprias cinzas. Aparte de renascer, esta ave tinha a
capacidade de pressentir o perfume do fim, e ia a seu encontro, jogando-se
contra o fogo para que se cumprisse seu destino. Esta ave se chamava Fénix.
E humanamente, Como chamamos a quem renasce de se? Como chamamos a quem
pressente o perfume de um fim e se lança mortalmente ao encontro deste, com
bravura, coragem, tristeza, alegria, lamento, altivez, com toda sua bagagem, ao
encontro do que lhe espera? Porque o sabe inevitável e do inevitável não se pode
fugir.
Como chamamos a quem sobrevive a se mesmo para ensinar aos outros que é possível
renascer? Como chamamos a quem exerce amor como prática de vida e morrendo em
sua senão revive, porque os semelhantes precisam dessa ressurreição?
Como chamamos a quem expõe suas dores, seus medos, seus temores, com
naturalidade e sabedoria tenaz, porque é assim que tem que ser? Como chamar esse
estado que se adquire, essa capacidade, não de sobreviver às intempéries, mas
sim de renascer da morte dos próprios sonhos. Sei que é possível e há pessoas
assim.
Há gente que é como o Fénix, que renasce de suas próprias dores e de seu próprio
fim. E renasce sempre melhor e mais forte, porque, sabem que as PEDRAS GRANDES
são as coisas realmente importantes de sua vida: seu crescimento pessoal e
espiritual. Desfruta de “esses momentos mágicos”, embebidos de ternura, em que a
voz treme, as mãos se abandonam e cada qual vê ao outro como se fosse a través
de uma cortina líquida ou de um vitral de cores.
Quando dão prioridade a essas Pedras Grandes como Montanhas e se mantêm abertos
ao novo, as coisas vão ajustando-se por se sós; suas relações, família, amigos,
obrigações, profissão, afazeres. Seus bens e direitos materiais e todas as
demais coisas menores que completam a vida. Cada um ônus em seu coração o médio
ambiente em que vive. Aquele que não deixou impressão nos lugares por onde
passou, não poderá encontrar seu caminho no atual. Aquele que encontrou amigos
ali, também os encontrará aqui. Somos todos viajantes no tempo, e o futuro de
cada um está escrito no passado. Desfruta tua família, teus amigos, teu sol e
tua lua, tua terra e teu céu, tudo aquilo pelo que não tiveste que pagar para
conseguí-lo.
Tudo isso são as PEDRAS GRANDES ONDE DEVES PARAR-TE E DIZER POR SEMPRE: ¡AQUI
ESTOU EU, VIVENDO ESTE MOMENTO!!!
Só os amores verdadeiros não se acabam. São os que sobrevivem, incrustados no
hábito de amar-se, e duram uma vida inteira e eterna...
É a hora de sorrir, de amar, de ser de tua família, de misturar-te com os
meninos e dar a mão ao próximo, antes que seja demasiado tarde.
Esvazia teus alforjas e recomienza a recheá-las com as pedras grandes.
Ludy Mellt Sekher©
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