El amigo verdadero no tiene dos caras:
es leal es sincero, es recto, de sentimientos nobles y lícitos.
Es fuerte, y prudentemente sobrenatural contigo.
Corresponde a tu confianza, con verdadera amistad;
reconoce lo que eres, y cuando es necesario,
te defiende con fiereza.
Siente por ti la verdadera, perfecta y constante amistad,
la que no se deja corromper por la envidia;
la que no se enfría por las sospechas;
la que no se disuelve por la ambición;
la que puesta a prueba no cede;
la que a pesar de tantos golpes, no cae;
la que abatida por injurias, se muestra inflexible.
Un verdadero amigo, alguna vez te corrige, nunca te adula.
Si un olvido involuntario, un perjuicio en los intereses,
la vana gloria, la envidia, o cualquier otra cosa semejante,
bastan para deshacer una amistad;
es que esa amistad no dio con la raíz
sobrenatural de la verdadera amistad.
Cuando tienes un amigo fiel,
le confías tus planes y pensamientos,
porque, no los confías sólo a él,
sino a Aquel que vive en él para ser así...
Porque Dios esta morando en su corazón.
Es el amigo que con su conversación,
su afecto, y su trato, te hace más llevadero el vivir en este mundo.
El que crea armonía de sentimientos y de gustos,
que prescinde del amor de los sentidos, pero, en cambio,
desarrolla hasta grados muy elevados, e incluso hasta el heroísmo,
la dedicación por ti.
Esa amistad aunque sea casual o temporal,
supone y desarrolla la generosidad, el desinterés,
la simpatía, la solidaridad y, especialmente,
la posibilidad de mutuos sacrificios.
Será pura y fuerte la amistad, si está sostenida y
alimentada por aquella peculiar y sublime comunión
de amor fraternal que todo lo entrega.
Cuando se siente amistad por alguien,
se quiere el bien para quien se ama,
como lo quieres para ti mismo, y de ahí
ese sentir al amigo como "el otro yo".
Siendo leal, comprensivo con los demás
y exigente contigo mismo, sin que encuentres motivos,
los que te rodeen vendrán a ti, y con una conversación natural,
sencilla; a la salida del trabajo, en una reunión de familia,
en el autobús, en un paseo, en cualquier parte;
conversarás de inquietudes que están en el alma de todos.
Así como muchas veces basta una sola
mala interpretación para perder a una persona,
no es raro tampoco que una conversación buena
la convierta en una sólida roca de amistad.
"Unas palabras, deslizadas a tiempo
en el oído del amigo que vacila...
Aquella conversación orientadora,
que sabes provocar oportunamente...
Aquel consejo, que mejorará su labor;
la discreta indiscreción que te haga
sugerirle insospechados horizontes o algunos de sus errores...
Y si hoy estás lejos de ese amigo,
búscalo, recuérdalo, llámalo, perdónalo, compréndelo...
Y dile que aún le quieres, no esperes más!!
Ve a buscar ése Amigo Olvidado!!
Y por sobre todo....
No olvides el Gran Amigo de todos,
el que no nos pide nada, no nos critica,
no nos envidia, no discute...
El que soporta nuestros errores y
nos consuela durante las penas...
El que dio su vida por todos...
Ese compañero que se deja ver sólo entre sombras,
pero cuya realidad llena toda nuestra vida,
y que nos hace desear su compañía definitiva.
¡Jesús, es ese Amigo!
Ludy Mellt Sekher©
PORTUGUÉS
O AMIGO VERDADEIRO
O amigo verdadeiro não tem duas caras:
é leal é sincero, é reto, de sentimentos nobres e lícitos.
É forte, e prudentemente sobrenatural contigo.
Corresponde a tua confiança, com verdadeira amizade;
reconhece o que és, e quando é necessário, defende-te com fiereza.
Sente por ti a verdadeira, perfeita e constante amizade,
a que não se deixa corromper pela inveja;
a que não se esfria pelas suspeitas;
a que não se dissolve pela ambição;
a que posta a prova não cede;
a que apesar de tantos golpes, não cai;
a que abatida por injúrias, mostra-se inflexível.
Um verdadeiro amigo, alguma vez te corrige, nunca te adula.
Se um esquecimento involuntário, um prejuízo
nos interesses, a vã glória, a inveja,
ou qualquer outra coisa semelhante,
bastam para desfazer uma amizade;
é que essa amizade não deu com a raiz
sobrenatural da verdadeira amizade.
Quando tens um amigo fiel, confias-lhe teus planos
e pensamentos, porque, não os confias só a ele,
senão àquele que vive nele para ser assim...
Porque Deus esta morando em seu coração.
É o amigo que com sua conversa, seu afeto,
e seu trato, faz-te mais llevadero o viver neste mundo.
O que cria harmonia de sentimentos e de gostos,
que prescinde do amor dos sentidos,
mas, em mudança, desenvolve até graus muito elevados,
e inclusive até o heroísmo, a dedicação por ti.
Essa amizade ainda que seja casual ou temporária,
supõe e desenvolve a generosidade, o desinteresse,
a simpatia, a solidariedade e, especialmente,
a possibilidade de mútuos sacrifícios.
Será pura e forte a amizade, se está sustentada
e alimentada por aquela peculiar e sublime comunhão
de amor fraternal que tudo o entrega.
Quando se sente amizade por alguém,
quer-se o bem para quem se ama, como o queres para ti mesmo,
e daí esse sentir ao amigo como "o outro eu".
Sendo leal, compreensivo com os demais e exigente contigo mesmo,
sem que encontres motivos, os que te rodeiem
virão a ti e com uma conversa natural, singela;
à saída do trabalho, numa reunião de família,
no ônibus, num passeio, em qualquer parte;
conversarás de inquietudes que estão no alma de todos.
Bem como muitas vezes basta uma só má interpretação
para perder a uma pessoa, não é raro também
não que uma conversa boa a converta numa sólida rocha de amizade.
"Umas palavras, deslizadas a tempo no ouvido do amigo que vacila...
Aquela conversa orientadora, que sabes provocar oportunamente...
Aquele conselho, que melhorará seu labor;
a discreta indiscreción que te faça sugerir-lhe insuspeitos horizontes
ou alguns de seus erros...
E se hoje estás longe desse amigo,
procura-o, recorda-o, chama-o, perdoa-o, compreende-o...
E dile que ainda lhe queres, não esperes mais!!
Vê a procurar esse Amigo Esquecido!!
E por sobretudo....
Não esqueças o Grande Amigo de todos,
o que não nos pede nada, não nos critica,
não nos inveja, não discute...
O que suporta nossos erros
e nos consuela durante as penas...
O que deu sua vida por todos...
Esse colega que se deixa ver só entre sombras,
mas cuja realidade cheia toda nossa vida,
e que nos faz desejar sua companhia definitiva.
¡Jesús, é esse Amigo!Ludy Mellt Sekher©