Una persona que domine el sentimiento de felicidad, no necesitará jamás sentir
envidia. Disfruta de lo que tiene y nunca envidia a los demás.
Lo mejor que alguien pueda obtener de todo lo que llegue a poseer, de sus
experiencias, habilidades o fama, ha de ser la felicidad. Si experimenta
felicidad por lo que hace y tiene, nadie podrá realmente obtener mayor beneficio
que él mismo por lo que ha logrado.
Jamás deberá pensar que carece de cosas, ya que el fin último de esas otras
posesiones será el mismo que el de las que ya tiene en el presente: el de la
felicidad.
Como combatir el sentimiento de la envidia.
Desarrolla la actitud de sentirte satisfecho con lo que tienes, aun cuando los
otros poseyeran más que tú. Considera como cuantioso lo que poseas, y escaso lo
que tengan los demás, deseándoles a esas personas que incrementan sus actuales
pertenencias. El envidioso siempre considerará que lo que él posee es demasiado
poco, en tanto que les resulta excesivo lo que tienen los otros. El desea en
realidad que ellos tengan cada vez menos. Por lo general la gente no envidia las
virtudes de alguien, sino los honores que esa persona recibe por sus virtudes.
La causa que origina el odio que una persona pudiera sentir hacia alguien más
encumbrado que él, está fundada en la arrogancia. La persona arrogante considera
que es arbitrario o injusto que otro posea algo de lo que él carece.
El que se conceptúa a sí mismo como mejor que los demás, se sentirá irritado si
es superado por otros.
El daño que causa la envidia.
La envidia proviene de la insensatez y de la falta de comprensión. Cuando
sientes envidia de alguien, no ganarás absolutamente nada ni le causarás
perjuicio alguno a la persona que envidias. El único que sale perdiendo eres tú.
Hay gente cuya necedad es tan pronunciada, que cada vez que ven a alguien del
que saben que ha tenido buena suerte, se sienten dolidos y padecen sufrimientos.
Están tan apesadumbrados por lo que los otros han logrado, que llegan a no
experimentar placer alguno por lo que ellos mismos poseen. Existe una fuerte
tendencia de la gente a aspirar ser los mejores en distintos campos:
conocimientos, buenas acciones, riqueza y honores. Este deseo puede ocasionarle
una sensación de sufrimiento a una persona si alguien lo superara o tuviera más
que él. Cuando la envidia es fuerte, la persona sentirá odio y animosidad hacia
aquél a quien envidie. Le deseará el mal y murmurará contra ella. Tales
sentimientos de odio resultan muy destructivos. Si una persona tiene una
tendencia a sentir envidia, su existencia entera estará plagada de angustias.
Estará a la espera que los demás cometan errores para regocijarse cuando ello
suceda.
La envidia está basada con frecuencia en errores de concepto.
Desde cierta distancia podrá parecer que existe gente hedonista, que viven una
existencia dedicada completamente al placer. Esto resulta ser sin embargo, una
falsa imagen. Todo el bien de este mundo tiene mucha tristeza que lo acompaña, y
no existe nadie que disfrute de un completo placer. Existe un dicho popular que
expresa lo siguiente: "Cuando alguien se ríe, los demás se dan cuenta de ello,
pero cuando alguien llora nadie lo ve". Aun la mayor buena suerte tiene
importantes aspectos negativos. Los Sabios expresaron este concepto de manera
concisa: "Aquel que incremente su riqueza, incrementará sus preocupaciones".
Cuando la gente envidia la cantidad de dinero que alguien haya ganado, omiten
generalmente tomar en cuenta muchos factores que eliminarían sus sentimientos de
envidia. Por ejemplo, cuando alguien envidia el sueldo de otra persona
generalmente supone que esa gente no tuvo que trabajar duramente para obtenerlo.
Con frecuencia esa persona tuvo que dedicarle un tiempo y esfuerzo considerable
a su trabajo, mientras que aquél que lo envidia prefiere realizar trabajos más
sencillos que requieran menos tiempo, aunque sus ingresos sean menores. Otro
factor que con frecuencia no se toma en cuenta es que la otra persona podría
tener muchos más gastos que tú, y a menudo está ligado al trabajo y por ese
motivo no puede vivir una existencia más placentera. Esto resulta
particularmente cierto cuando está residiendo en una zona donde los precios son
más elevados. Si bien es cierto que gana más, pero debido a que gasta más,
podría estar mucho más preocupado que tú acerca de sus dificultades financieras.
La envidia que se siente por asuntos espirituales.
La envidia forma una parte tan arraigada en la personalidad de mucha gente, que
no es razonable esperar que eliminen completamente este rasgo negativo. Deberían
en cambio orientar dicha tendencia en una dirección positiva. Que envidien a
aquellos que tienen sabiduría, de manera que se esfuercen por tratar de obtener
mayores conocimientos. No estarás perdiendo nada cuando a otras personas les
vaya bien.
Aunque mucha gente no viva consumida por grandes sentimientos de envidia, no
estarás libre no obstante, de las reacciones negativas que tengas al enterarte
de los éxitos de los demás. Esto resulta particularmente cierto para aquella
gente que ejerce la misma profesión. Elimina esos sentimientos negativos tomando
conciencia de que lo que los otros logren no habrá de afectarte.
No necesitas compararte con los demás.
La envidia proviene del intento de compararte con otras personas. Deja de mirar
por sobre el hombro para ver lo que tienen los demás, concentrándote en cambio
en sacar provecho de lo que ya constituye tu patrimonio. De esta manera tu
beneficio será doble, ya que disfrutarás de lo que es tuyo y no sufrirás a causa
de lo que poseen los demás.
Gradualmente podrías ir notando las virtudes de los demás por un lado, y los
defectos que te son propios por el otro. Finalmente esto podría llegar a
incrementarse mediante el conjunto de tus observaciones, hasta que llegues a
formarte un opresivo sentimiento de inferioridad al compararte con otras
personas que se encuentran a tu alrededor. Esta es una sensación extremadamente
dolorosa, que con frecuencia va acompañada por el desaliento. La forma de
aplacar este sentimiento se logra mediante la concientización de que cada
persona constituye de por sí una entidad universal. No te midas de acuerdo a los
parámetros de los demás. Tu obligación es la de alcanzar tus logros, valiéndote
de los talentos singulares que te son propios. No necesitarás de la aprobación
de nadie para ser una persona ponderable.
La envidia de las riquezas y posesiones.
La diferencia existente entre algunas personas ricas y un prisionero, consiste
en que mientras unos tienen cadenas de acero los otros tienen cadenas de oro que
los sujetan. "No es lo mucho o poco que puedes tener lo que te engrandecerá o te
rebajará, sino lo magnánimo o lo mezquino que puedas ser con lo que tienes".
Mentalízate que tienes lo que necesitas.
Aquél cuya ambición sea la de crecer espiritualmente, considerará a las
posesiones materiales como herramientas para alcanzar su meta, dándose cuenta de
que las mismas estás diseñadas precisamente para adaptarse a sus necesidades
personales. Si le ha dado algún elemento determinado a un amigo, comprenderá que
el objeto en cuestión resulta apropiado para los requerimientos de su amigo, y
no al de los suyos. Así como los anteojos son hechos para alguien y no te sirven
a ti, de la misma manera las herramientas materiales son confeccionadas para ser
usadas por la persona a quien le fueron dadas. Todo aquél que asimile
debidamente esta perspectiva no habrá de envidiar lo que posean los otros.
Siéntete feliz por la buena suerte de los demás.
Aun aquél que ame a los demás y les desee el bien en todas las áreas, tales
como: riqueza, propiedad, honor, conocimientos y sabiduría, tendrá sin embargo
una tendencia a no querer que esas personas lo igualen en los aspectos
mencionados, deseando poder superarlos en las referidas áreas. "Ama a tu
semejante como a ti mismo". No albergues ningún sentimiento de envidia. Deberías
desearles que tengan éxitos sin límites.
Cuando amas a alguien de verdad, te sentirás feliz por sus logros y éxitos, aun
cuando consiga superarte. Si sientes un amor sincero por otra persona, no sólo
no sentirás envidia de sus realizaciones y de sus éxitos, sino que tratarás de
ayudarlo aun cuando ello te resultara perjudicial para tus intereses.
Técnicas para vencer la envidia.
Una técnica que eliminará los sentimientos de envidia y animosidad, consiste en
hablar con la persona a quien envidias diciéndole palabras de contenido
positivo. Deberías también expresar palabras que demuestren tu felicidad por la
buena suerte de los demás. Si te resultara demasiado difícil hablar con él
placenteramente, trata al menos de tener cuidado de no decir nada en contra de
esa persona. Las palabras adversas que se puedan decir tendrán el mismo efecto
de agregarle leña al fuego, y no hará sino incrementar tu envidia y tu
animosidad. Por lo tanto, si permaneces en silencio no harás crecer tus
sentimientos negativos.
La envidia de carácter positivo.
Existen dos tipos de envidia. La positiva que acrecienta la sabiduría, y la
envidia que se lleva a la gente de este mundo. La envidia es positiva cuando
encuentras virtudes en alguien y desearías tú también tenerlas, y la misma
resulta beneficiosa porque podrá motivarte para que mejores. En cambio tendrá
carácter negativo cuando lamentes que otros tengan una virtud de la que careces,
y desearías que le ocurriera eso mismo a esa persona. NO OLVIDES QUE LO QUE
DESEAS PARA LOS DEMÁS, SIEMPRE TE LLEGARÁ A TI!
Ludy Mellt Sekher©
Portugués
COMO COMBATER A INVEJA
De todos os sentimentos, talvez a inveja seja o pior. Quem é invejado certamente
possui qualidades que faltam ao invejoso. Normalmente, quem sente inveja sofre
mais do que o invejado, que sofre quando o invejoso o prejudica, seja ao falar
mau, ou ao prejudicá-lo no trabalho, na vida pessoal e em muitos outros casos.
As vezes o invejoso é alguém que consideramos amigo e, por isso, não conseguimos
notar o que ele realmente sente por nós. O invejoso deseja ter algo que outra
pessoa possui, quer estar no lugar do outro ou deseja que ele perca aquela
qualidade que tanto almeja, ou seja, o objeto da inveja. Muitas vezes o invejoso
constrói planos para ocupar o lugar do invejado, e se dedica a isso em vez de
procurar seu próprio caminho. Por isso, é preciso ter cuidado, ficar atencioso,
e saber reconhecer quando há um invejoso muito cerca.
As pessoas costumam confundir a inveja com ciúmes ou admiração. Ciúmes é o medo
de perder algo que se tem. Só se tem ciúmes de algo que é seu, seja um objeto ou
uma pessoa. Não se pode ter ciúmes do que não se possui. E a admiração não é
ciúmes, até se quer estar ao lado da pessoa, mas não quer que ela perca o que
tem.
É normal admirar outras pessoas, e isso serve de estímulo para chegar onde
deseja. É possível aprender com as pessoas admiradas como conseguir o que se
almeja.
A capacidade de identificar diferenças entre as pessoas passam a ser
reconhecidas por suas características que acordam mais atendimento. Quando as
pessoas vão crescendo, não sempre conseguem obter satisfação no que desejam.
Assim nasce a inveja por pessoas que o invejoso julga que possuam algo essencial
para si.
Quem sente inveja crê que o invejado conseguiu o o quer por meios ilícitos, o
que não sempre é verdade. A pessoa só sabe apreciar suas próprias qualidades. Os
sentimentos são estimulados de acordo com o médio ambiente em que se vive.
Quando alguém desenvolve maus sentimentos a respeito de si mesmo, aparece a
inveja. Quando há fama, as pessoas ficam mais visíveis e a inveja costuma ser
maior. O invejoso pode ter inveja de quem possui uma vida normal e feliz e
brilha por si só, pois não aprendeu a apreciar a si mesmo.
Dessa forma, qualquer coisa que falte pode ser razão para que nasça a inveja,
pois se deseja ser o melhor e ter destaque em muitas coisas. O ideal é ter um
pouco de cada virtude para ser uma pessoa completa e satisfeita. Aqueles que têm
uma imensa notoriedade num aspecto e são esquecidos em outros dificilmente
encontram o equilíbrio necessário para uma vida harmoniosa.
É preciso ter cuidado para que a inveja não se faça uma doença.
As pessoas desenvolvem a inveja porque não reconhecem as qualidades que possuem.
Elas devem aprender a olhar-se no espelho para descobrir o que há de bom nelas.
Isso pode ser um pouco difícil no começo, devido à baixa auto-estima,
freqüentemente encontrada em invejosos. Aqueles que sentem inveja precisam
desenvolver suas potencialidades e ter consciência de que podem ser admirados e
felizes. Só é possível ser alguém pleno ao desenvolver suas próprias qualidades.
Para isso, a pessoa precisa perguntar-se: o que agrada, o que quer e como pode
conseguir o que almeja. Depois é só aproveitar, ser muito feliz, e deixar que os
invejosos morram de inveja.
NÃO ESQUEÇAS QUE O QUE DESEJAS PARA OS DEMAIS, SEMPRE TE CHEGARÁ A TI!
Ludy Mellt Sekher©
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