No deprecies las ideas y preocupaciones de tu cónyuge. Selecciona tus relaciones
y respeta las amistades de tu compañero/a. Es preciso que reconozcas la
diversidad de los gustos, ideas, y vocaciones de aquel o de aquella que se toma
para compartir la vida. Antes de observarle los posibles errores o defectos,
vale mucho más verle las cualidades y dotes superiores para estimularlo al
desenvolvimiento justo. No sacrifiques la paz del hogar con discusiones y
conflictos, bajo el pretexto de honrar esa o aquella causa de la humanidad,
porque la dignidad de cualquier causa de la humanidad comienza en el reducto
doméstico. No dejes de estudiar y prepararte constantemente, bajo la disculpa de
haber dejado la condición de soltero o soltera. Siempre es preciso comprender
que la comunión afectiva en el hogar debe recomenzar, todos los días, a fin de
consolidarse en un clima de armonía y seguridad.
Señal de luz es aceptar la existencia, mejorándote a ti mismo/a; cumplir la
obligación que el momento te exige; trabajar es servir sin reclamar honores;
recibe las agresiones disculpándolas sin quejas; nunca te desanimes en la
práctica del bien; porque todo ello es señal de la Presencia de Dios en ti. Y
Dios sabrá recompensarte con los años.
En cuanto a la felicidad conviene que no olvides que nosotros transformamos
siempre aquello que amamos. Si te aceptas como eres, dando de ti a la vida lo
mejor que tienes, caminarás mas fácilmente para ser feliz como esperas ser. Tu
felicidad será naturalmente proporcional en relación a la felicidad que haces
para los otros.
La alegría del próximo comienza muchas veces con la sonrisa que tú le quieras
dar.
La felicidad puede exhibirse, pasear, hablar, y comunicarse a la vida externa,
mas reside exactamente en tu conciencia tranquila. Si tú aspiras a ser feliz y
traes consigo determinados complejos de culpa, comienza a trabajar en tu propia
liberación, abrasado al trabajo en favor de los semejantes, al proceso de
reparación de aquel daño que tú hayas causado en perjuicio de alguien. Estúdiate
a ti mismo, observando que el auto-conocimiento trae humildad y sin humildad es
imposible ser feliz.
El amor es la fuerza de la vida y el trabajo vinculado al amor es la usina
generadora de la felicidad. Si tu paras de lamentarte, notarás que la felicidad
está llamando a tu corazón para una vida nueva. Es fundamental que no te olvides
jamás que, debes seguir tratando a tu esposo/a como si fueras su amante.
No olvides nunca cómo eras tú cuando se enamoraron. Mantente sereno/a frente a
cualquier dificultad, trata de no discutir. Al contrario, dialoga siempre, y
escucha las dificultades que pueda tener tu pareja. Trata de comprenderlo/a,
pero no permitas que traiga los problemas del trabajo a tu casa y lo mismo debes
hacer tú.
Cuando llegues a la puerta de tu casa detente un minuto y deja todos los
problemas que hayas tenido en la calle. No los entres, pues el ambiente dentro
de tu hogar se hará insostenible.
Muy importante es tu aseo y tu coquetería. Mantente atractivo/a eternamente. No
te abandones, acicálate desde la mañana todos los días, aunque lleves más de
treinta años de casado/a. Si eres hombre, el hecho de que tengas esposa no
significa que ya la conquistaste y que ella es un objeto más de la casa o una
sirvienta que está allí para satisfacer tus necesidades. Colabora con las tareas
de la casa. Sé comprensivo con ella en "esos días" en los cuales se encuentre
indispuesta. Es muy común ver que los hombres se quejan mucho más de sus esposas
cuando ellas se sienten enfermas. Para todo hay remedio. No piensen en
enfermedades.
Cuando hagas el amor, trátalo/a con delicadeza y ternura, y recibirás lo mejor.
Y repito, no traigas tus problemas de trabajo para dentro de tu casa y no te
descargues en tu pareja. Pues si discutes, no esperes que se entregue a la noche
ni quiera amarte como pretendes.
Nadie desea besar o acariciar o tener sexo con alguien que lo pelea todo el día.
Para el hombre que tiene una esposa que trabaja fuera del hogar al igual que él:
recuerda siempre que ella trabaja el doble, y que por la tarea del hogar nadie
le paga, por lo tanto le pagas tú. Con cariño, comprensión y ayudándola en todo
lo que puedas.
Dialoga siempre, apaga el televisor para conversar o jugar juntos, o salir a
caminar. O bien busca cualquier otro entretenimiento. Aunque no tengas dinero,
siempre hay mucho para hacer. No te olvides de cómo eras cuando se conocieron y
lo que hacías en aquellos momentos en que surgió el amor.
Si has discutido sin haber llegado a ninguna solución y quedaron resentidos, hay
una forma muy sutil y eficaz para resolver malos entendidos entre una pareja:
una carta.
¡Sí! Una carta que le escribirás y se la dejarás en la casa cuando te vayas a
trabajar, en un lugar discreto pero visible. En esa carta expresarás lo que
sientes y si no te escuchó, tendrá forzosamente que leerla. Recuérdale lo más
bello de su persona, por lo cual te enamoraste. Te contestará tal vez del mismo
modo, o no, pero verás que cuando vuelvas al hogar la situación habrá cambiado.
Se acostumbrarán a este tipo de comunicación y verás que da un resultado
excelente cuando es imposible hablar, ya sea porque discuten o porque los hijos
se encuentran presentes. La carta es un medio de comunicación muy efectivo y
beneficioso para solucionar muchos conflictos cuando la palabra hablada no es
adecuada porque se llega al grito o al insulto.
Prosigue amando y respetando a tus padres, después de formar tu propia casa,
comprendiendo, también, que eso te trae nuevas responsabilidades para el
ejercicio de cuanto es de imperioso cultivar la independencia, pero recuerda
que, el pretexto de la libertad, no es relegar a los padres al abandono.
Las parejas divorciadas merecen una consideración aparte. Existen muchas
situaciones en que tanto los padres como los hijos se manipulan entre sí. Es
importante que, si has llegado a la decisión de separarte definitivamente, lo
hagas en buenos términos para con quien fue tu pareja y con los hijos.
Resulta trascendental la atención de los hijos. Si no pudieron convivir como
pareja, no le hagas la vida imposible a los hijos. Ellos no son culpables del
fracaso conyugal. No los conviertas en víctimas. No los manipules. No los
transformes en rehenes de la separación. Al contrario, debes tratar por todos
los medios a tu alcance de construirles una vida lo más hermosa y feliz posible.
Es terrible el daño psicológico que los padres pueden causar a los hijos si no
saben mantener una buena relación amistosa entre ellos cuando están separados.
Esos hijos no te pidieron que los trajeras al mundo, por lo tanto es obligación
tuya hacerlos felices de cualquier manera.
Con los suegros. A veces se tiene la tendencia malsana de enfrentar a los
suegros con cierta predisposición negativa. Muchos problemas entre ellos y tú
pueden pasar por los celos, que en definitiva son celos mal entendidos por ambas
partes.
Es preciso actuar con amor por sobre todas las cosas. Con mucho amor. Piensa que
gracias a esos "padres políticos" tienes a esa persona a tu lado. No seas
posesivo/a, ni le impidas a tu cónyuge ver a sus padres. Organiza reuniones con
ellos. Trata de ganarte sus corazones frente a cualquier situación negativa que
se presente.
Piensa profundamente en ello. Y en especial envía amor y recibirás amor.
Lucha desesperadamente con tus propios celos. ¡No tienen razón de ser! Jamás
desprecies la importancia de las relaciones íntimas, con el respeto a la
fidelidad en el compromiso asumido.
“Y cuando el cielo estuviera gris, y se derrame la lluvia, medita en la cosecha
enorme que llegará al campo de tu vida en el hogar y el mundo, y luego
disfrutarás de la belleza de las flores que surgirán en tu jardín”.
Ludy Mellt Sekher©
PORTUGUÉS
SE ÉS ESPOSO OU ESPOSA
Não deprecies as idéias e preocupações de teu cônjuge. Seleciona tuas relações e
respeita as amizades de teu colega/a. É preciso que reconheças a diversidade dos
gostos, idéias, e vocações daquele ou daquela que se toma para compartilhar a
vida. Antes de observar-lhe os possíveis erros ou defeitos, vale bem mais ver-lhe
as qualidades e dotes superiores para estimulá-lo ao desenvolvimiento justo. Não
sacrifiques a paz do lar com discussões e conflitos, sob o pretexto de honrar
essa ou aquela causa da humanidade, porque a dignidade de qualquer causa da
humanidade começa no reduto doméstico. Não deixes de estudar e preparar-te
constantemente, sob a desculpa de ter deixado a condição de solteiro ou solteira.
Sempre é preciso compreender que a comunhão afetiva no lar deve recomeçar, todos
os dias, a fim de consolidar-se num clima de harmonia e segurança.
Sinal de luz é aceitar a existência, melhorando-te a ti mesmo/a; cumprir a
obrigação que o momento te exige; trabalhar é servir sem reclamar honras; recebe
as agressões desculpando-as sem queixas; nunca te desanimes na prática do bem;
porque tudo isso é sinal da Presença de Deus em ti. E Deus saberá recompensar-te
com os anos.
Quanto à felicidade convém que não esqueças que nós transformamos sempre aquilo
que amamos. Se te aceitas como és, dando de ti à vida o melhor do que tens,
caminharás mas facilmente para ser feliz como esperas ser. Tua felicidade será
naturalmente proporcional em relação à felicidade que fazes para os outros.
A alegria do próximo começa muitas vezes com o sorriso que tu lhe queiras dar.
A felicidade pode exibir-se, passear, falar, e comunicar-se à vida externa, mas
reside exatamente em tua consciência calma. Se tu aspiras a ser feliz e trazes
consigo determinados complexos de culpa, começa a trabalhar em tua própria
libertação, abrasado ao trabalho em favor dos semelhantes, ao processo de
reparação daquele dano que tu tenhas causado em prejuízo de alguém. Estuda-te a
ti mesmo, observando que o auto-conhecimento traz humildade e sem humildade é
impossível ser feliz.
O amor é a força da vida e o trabalho vinculado ao amor é a usina geradora da
felicidade. Se teu paras de lamentar-te, notarás que a felicidade está chamando
a teu coração para uma vida nova. É fundamental que não te esqueças jamais do
que, deves seguir tratando a teu esposo/a como se fosses seu amante.
Não esqueças nunca como eras tu quando se apaixonaram. Mantente sereno/a frente
a qualquer dificuldade, trata de não discutir. Ao invés, dialoga sempre, e
escuta as dificuldades que possa ter teu casal. Trata de compreendê-lo/a, mas
não permitas que traga os problemas do trabalho a tua casa e o mesmo deves fazer
tu.
Quando chegues à porta de tua casa detente um minuto e deixa todos os problemas
que tenhas tido na rua. Não os entres, pois o ambiente dentro de teu lar se fará
insustentável.
Muito importante é teu lavabo e teu coquetería. Mantente atraente/a eternamente.
Não te abandones, acicálate desde a manhã todos os dias, ainda que leves mais de
trinta anos de casado/a. Se és homem, o fato de que tenhas esposa não significa
que já a conquistaste e que ela é um objeto mais da casa ou uma servente que
está ali para satisfazer tuas necessidades. Colabora com as tarefas da casa. Sei
compreensivo com ela em " esses dias" nos quais se encontre indisposta. É muito
comum ver que os homens se queixam bem mais de suas esposas quando elas se
sentem enfermas. Para tudo há remédio. Não pensem em doenças
Quando faças amor, trata-o/a com delicadeza e ternura, e receberás o melhor. E
repito, não tragas teus problemas de trabalho para dentro de tua casa e não te
descarregues em teu casal. Pois se discutes, não esperes que se entregue à noite
nem queira amar-te como pretendes.
Ninguém deseja beijar ou acariciar ou ter sexo com alguém que o briga todo o dia.
Para o homem que tem uma esposa que trabalha fora do lar ao igual que ele:
recorda sempre que ela trabalha o dobro, e que pela tarefa do lar ninguém lhe
paga, portanto lhe pagas tu. Com carinho, entendimento e ajudando-a em tudo o
que possas.
Dialoga sempre, apaga o televisor para conversar ou jogar juntos, ou sair a
caminhar. Ou bem procura qualquer outro entretenimento. Ainda que não tenhas
dinheiro, sempre há muito para fazer. Não te esqueças de como eras quando se
conheceram e o que fazias naqueles momentos em que surgiu o amor.
Se discutiste sem ter chegado a nenhuma solução e ficaram ressentidos, há uma
forma muito subtil e eficaz para resolver maus entendidos entre um casal: uma
carta.
¡Si! Uma carta que lhe escreverás e se a deixarás na casa quando vás trabalhar,
num lugar discreto mas visível. Nessa carta expressarás o que sentes e se não te
escutou, terá forçadamente que a ler. Recorda-lhe o mais belo de sua pessoa,
pelo qual te apaixonaste. Te contestará talvez do mesmo modo, ou não, mas verás
que quando voltes ao lar a situação terá mudado.
Se acostumarão a este tipo de comunicação e verás que dá um resultado excelente
quando é impossível falar, já seja porque discutem ou porque os filhos se
encontram presentes. A carta é um meio de comunicação muito efetivo e benéfico
para solucionar muitos conflitos quando a palavra falada não é adequada porque
se chega ao grito ou ao insulto.
Prossegue amando e respeitando a teus pais, depois de formar tua própria casa,
compreendendo, também, que isso te traz novas responsabilidades para o exercício
de quanto é de imperioso cultivar a independência, mas recorda que, o pretexto
da liberdade, não é relegar aos pais ao abandono.
Os casais divorciados merecem uma consideração aparte. Existem muitas situações
em que tanto os pais como os filhos se manipulam entre si. É importante que, se
chegaste à decisão de separar-te definitivamente, faça-lo em bons termos para
com quem foi teu casal e com os filhos.
Resulta transcendental o atendimento dos filhos. Se não puderam conviver como
casal, não lhe faças a vida impossível aos filhos. Eles não são culpados do
fracasso conjugal. Não os convertas em vítimas. Não os manipules. Não os
transformes em reféns da separação. Ao invés, deves tratar por todos os meios a
teu alcance de construir-lhes uma vida o mais formosa e feliz possível. É
terrível o dano psicológico que os pais podem causar aos filhos se não sabem
manter uma boa relação amistosa entre eles quando estão separados.
Esses filhos não te pediram que os trouxesses ao mundo, portanto é obrigação tua
fazê-los felizes de qualquer maneira.
Com os sogros. As vezes se tem a tendência malsana de enfrentar aos sogros com
certa predisposição negativa. Muitos problemas entre eles e tu podem passar
pelos ciúmes, que em definitiva são ciúmes mau entendidos por ambas partes.
É preciso atuar com amor por envelope todas as coisas. Com muito amor. Pensa que
graças a esses "pais políticos" tens a essa pessoa a teu lado. Não sejas
possessivo/a, nem lhe impeças a teu cônjuge ver a seus pais. Organiza reuniões
com eles. Trata de ganhar-te seus corações frente a qualquer situação negativa
que se apresente.
Pensa profundamente em isso. E em especial envia amor e receberás amor.
Luta desesperadamente com teus próprios ciúmes. ¡Não têm razão de ser! Jamais
desprezes a importância das relações íntimas, com o respeito à fidelidade no
compromisso assumido.
“E quando o céu estivesse cinza, e se derrame a chuva, medita na colheita enorme
que chegará ao campo de tua vida no lar e o mundo, e depois desfrutarás da
beleza das flores que surgirão em teu jardim”.
Ludy Mellt Sekher©
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